Además de las cuestiones relativas a la muerte digna, el testamento vital tiene en cuenta otros asuntos como la donación de órganos o la cesión del cuerpo a la ciencia después del fallecimiento del firmante, si ese es su deseo. En Castilla y León, ocho de cada diez ciudadanos contemplan alguna de las dos opciones en sus voluntades anticipadas, aunque ambas son incompatibles entre sí, con la finalidad de incrementar el número de trasplantes, o para potenciar la investigación y la docencia.
Una vez formalizado el registro, la decisión del enfermo prevalece sobre la de su entorno, algo muy relevante en una comunidad en la que las negativas de los familiares de los fallecidos a la prestación de sus órganos ascienden al 11%.
Pese a ello, España es, desde hace 25 años, líder mundial en donación de órganos, con 43,4 donantes de órganos por millón de personas, y una cifra de casi 5.000 trasplantes de forma anual, 13 por día. Según la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), la concienciación de la población ha sido clave en este éxito, a través de la difusión en diferentes medios o hechos como la información que aportan los profesionales sanitarios a los pacientes al final de sus vidas, acerca de la posibilidad de ceder sus órganos. Con todo ello, entre la población del mundo, los españoles son los que tienen más posibilidades de recibir un trasplante si lo requieren, y el país se ha convertido en un ejemplo para el resto de naciones.
Fuente: laopiniondezamora.es