El mecanismo inflamatorio puede generar esteatohepatitis no alcohólica sin necesidad de diabetes u obesidad.
Los pacientes con enfermedades inflamatorias inmunomediadas tienen el doble de probabilidad de padecer enfermedad hepática por depósito graso que la población general, según los últimos estudios, que se darán a conocer en el LXXVIII Congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).
La relación entre esteatohepatitis no alcohólica y enfermedades inflamatorias inmunomediadas se encuentra en estudio. En pacientes con enfermedades inmunomediadas existe una fuerte asociación con la obesidad y la diabetes o resistencia a la insulina, que son factores de riesgo conocidos hasta el momento para el desarrollo de esteatohepatitis.
Otros factores para la esteatohepatitis
En la actualidad se ha visto que la prevalencia aumentada de los pacientes con esta afección puede ser independiente a la obesidad o la diabetes y se estudia la existencia de otros factores, como la inflamación, como posible causa que podría explicar el desarrollo de esteatohepatitis no alcohólica.
Aparentemente, el mecanismo inflamatorio puede generar esteatohepatitis en estos pacientes sin necesidad de presentar diabetes u obesidad.
La prevalencia de la esteatosis o hígado graso es alta, ya que una de cada cuatro personas en el mundo occidental adolece de ello y el 20% de los pacientes con hígado graso padecen o padecerán esteatohepatitis no alcohólica.
Riesgo de padecer enfermedad avanzada
María Teresa Arias Loste, miembro de la SEPD, explica que “signos como la diabetes, malos hábitos alimenticios o pruebas analíticas que revelen una alteración, una ecografía con un hígado más grande o brillante, entre otros datos, son fundamentales para poder derivar al especialista de Aparato Digestivo”.
Actualmente, “somos capaces de diagnosticar a los pacientes en riesgo de padecer una enfermedad avanzada secundaria a esteatohepatitis no alcohólica con una ecografía y un FibroScan, aunque en muchos casos sigue siendo precisa una biopsia confirmatoria”.
Los factores que predisponen a padecer esta enfermedad son los hábitos de vida inadecuados como el sedentarismo, el abandono en nuestro medio de la dieta mediterránea o el consumo de productos ultraprocesados, entre otros.
Hábitos de vida saludables
Por ello, la recomendación es siempre el fomento de hábitos de vida saludables, como seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico, dado que no existen pautas de tratamiento farmacológico específico para estos pacientes.
“En pacientes con hígado graso sin inflamación el objetivo que se suele recomendar es la reducción de peso en un 5% y, en el caso de aquellos que además presentan inflamación (esteatohepatitis no alcohólica), la recomendación es una bajada de un 10% del peso”, apunta Arias Loste.
Las enfermedades inflamatorias inmunomediadas tienen una causa desconocida, en la cual juegan un papel tanto la predisposición genética como una alteración del sistema inmune, que desencadena una respuesta inflamatoria exacerbada y que puede afectar a distintos órganos, lo que determina los distintos tipos de enfermedad inmunomediada.
Investigación sobre inmunomediadas e hígado graso
En España, estas patologías afectan a 2,5 millones de personas, siendo las de más prevalencia y mayor impacto social la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante, hidrosadenitis, sarcoidosis y uveítis no infecciosa.
Desde el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en Santander, se está llevando a cabo una investigación financiada por el Instituto de Salud Carlos III para estudiar las características de la enfermedad hepática por depósito de grasa en la población con diagnóstico de patología inflamatoria inmunomediada.
La duración estimada de este estudio es de tres años, durante los cuales se va a invitar a participar a más de 2.000 pacientes con enfermedad inmunomediada, incluyendo la enfermedad inflamatoria intestinal, psoriasis, hidradenitis no supurativa y espondiloatropatía.
Los investigadores pretenden evaluar el impacto de la duración, tipo y gravedad de la enfermedad inflamatoria en el desarrollo de la esteatohepatitis, así como otros factores clásicos del riesgo como la obesidad o el síndrome metabólico.
En este sentido, se intentará caracterizar un subtipo de pacientes en los cuales el desarrollo de enfermedad hepática se explique de forma independiente a la obesidad, lo que puede tener potenciales implicaciones tanto terapéuticas como pronósticas.
Fuente: redaccionmedica.com