Los problemas de salud mental son desafortunadamente muy comunes en esta sociedad y en este mundo que estamos viviendo. Como resultado de la COVID-19, la pandemia que estamos sufriendo, estos problemas se han visto muy exacerbados por diferentes circunstancias, pero algunos de los más comunes son la misma preocupación que causa el virus y especialmente la soledad con la que muchas personas tienen que soportarla.
Esta situación y esta sensación no se resuelven a menudo con placebos médicos. Comunicación, relaciones sociales, familia, amigos son lo que ayuda. Esta enfermedad te deja tan “colgado” que si la tienes no puedes relacionarte incluso con tu familia, amigos y compañeros.
Más allá del teléfono tenemos la suerte hoy día de contar con las herramientas digitales y redes sociales que nos permiten interactuar y ayudarnos en línea con correos electrónicos, newletters, videoconferencias, páginas web; todos ellos son generalmente didácticos y conllevan distracción y seguridad. Lamentablemente no están disponibles para todos, sea por la avanzada edad o por la mala situación económica. Es una pena la brecha digital que existe porque los ancianos, que tienden a sufrir más por la soledad, a menudo no pueden disfrutar de estas ventajas que las redes sociales nos permiten y nos ofrecen.