Un grupo de investigadores de NYU Langone Medical Center de Nueva York (EE.UU.) ha concluido, en el marco de la epidemia de los opioides y la escasez de órganos para trasplante, que los corazones de los donantes fallecidos por sobredosis presentan la misma calidad que otros.

Para el desarrollo de este estudio, publicado en The Annals of Thoracic Surgery, se han evaluado las tendencias de la donación de órganos y trasplantes con las muertes por sobredosis mediante los datos del registro científico de receptores de trasplantes entre los años 2000 y 2017.

En este sentido, se ha observado que de los 15.904 corazones de donantes adultos un 10,8% presentaban sobredosis de opioides, lo que la sitúa como la cuarta causa más común de muerte, tras una lesión contundente (30,5%), una hemorragia o accidente cardiovascular (22,1%) y una herida de bala (18,3%).

De este modo, los investigadores han descubierto que las sobredosis causaron el 20% de las muertes de donantes en 2017. Asimismo, han observado un aumento significativo de los porcentajes de trasplantes que utilizaron corazones con opioides, que llegaba hasta el 14% en 2017. Esta cifra ha aumentado actualmente, y se estima en un 16,9%.

Por una parte, los investigadores han puesto de relieve que los donantes que murieron por sobredosis tenían menos de 40 años, tasas altas de abuso de sustancias y niveles bajos de diabetes e hipertensión. Así, descubrieron que estos corazones eran favorables para el receptor y no presentaban diferencias con respecto a los órganos de personas que no habían muerto por sobredosis.

Por otra parte, el consumo de opioides ha dado lugar a la preocupación por la aparición de casos de hepatitis C, que es la principal razón por la que los órganos son desechados y no se utilizan. Sin embargo, los avances que han surgido actualmente han contribuido a minimizar los riesgos asociados con el trasplante de un órgano positivo en hepatitis C, ha destacado el doctor Nader Moazami, del centro médico NYU Langone en Nueva York. Además, actualmente se trata de una enfermedad que puede ser curada a través de medicamentos antivirales.

“Este estudio pone de relieve la necesidad de una investigación adicional en esta área para definir aún más el riesgo, así como la recompensa de expandir el grupo de donantes para salvar más vidas”, ha concluido Robert Higgins, cirujano jefe del Hospital Johns Hopkins en Baltimore (EE.UU.).

 

Fuente: cope.es